Le cheminement intérieur de Marthe Robin est dévoilé grâce à la publication de son "Journal". Découvrez-le en ligne...
LA BEATIFICACIÓN
Uno no se convierte en santo copiando a otros santos, Uno se convierte en santo por su unión con Jesús
Marta Robin fue declarada “venerable” en noviembre de 2014 por el Papa Francisco… El reconocimiento de “la heroicidad de las virtudes” de Marta por parte del Papa Francisco constituye una etapa decisiva en su causa de beatificación. En Roma, se está estudiando un informe que presenta una curación inexplicable obtenida por su intercesión.
Al haberla declarado “venerable”, la Iglesia les ha dado a los cristianos como modelo, la forma en que Marta Robin vivió las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y cardinales (justicia, prudencia, fortaleza y templanza). La Iglesia reconoce el valor ejemplar de la vida de Marta, que entregó totalmente a Dios y a los demás sin ningún tipo de egoísmo, afrontando las situaciones difíciles de la vida con una fuerza que no es meramente humana. ¡Pero queda bastante camino por recorrer hasta llegar a la beatificación!
Para saber más:
- ¿Cómo se llega a ser santo? (VÍDEO)
- Las grandes etapas de la causa de beatificación de Marta Robin
- Marta Robin reconocida venerable
- Orar por su beatificación
El estudio de un milagro
Desde el mes de diciembre de 2014, un informe que describe una curación inexplicable obtenida por la intercesión de Marta Robin fue presentado en Roma. En primer lugar, este milagro ha sido objeto de una investigación diocesana y, de ahora en adelante, será estudiado por la Congregación romana para las Causas de los Santos gracias a testimonios, documentos y valoraciones científicas. Si la comisión encargada de esta investigación reconoce la validez del milagro, el Papa podrá decidir declararla “beata” en la fecha que le convenga.
Un procedimiento largo y riguroso
Una vez se ha transmitido el informe al Vaticano, tienen lugar varias etapas importantes. En primer lugar, se nombran a dos expertos en la enfermedad que padecía la persona para estudiar el caso a grandes rasgos. Después, una comisión de médicos trabaja en detalle en el informe. Si llegan a la conclusión de que la curación es inexplicable, según los conocimientos científicos actuales, entonces, se encarga a un comité de teólogos decidir si se puede hablar, en el orden de la fe, de un “milagro”.
Al final de este procedimiento riguroso, con la intervención de numerosos expertos médicos y teólogos, la asamblea de la congregación, compuesta por cardenales y obispos, decide si conviene someter el caso a la decisión final del Papa, que es el único que puede firmar el reconocimiento del milagro. Este acto es la condición necesaria para la beatificación y el resultado de un proceso largo que solo el Papa puede, in fine, decidir.
¿Qué es un santo o una santa?
Por su bautismo en el Espíritu Santo, se invita a todos los cristianos a ser santos. Sin embargo, la Iglesia católica distingue a los difuntos cristianos y cristianas que quiere proponer a los fieles como modelos de vida y como intercesores ante Dios, para fomentar su esperanza. Por decisión del papa, la Iglesia declara solemnemente a esos hombres y a esas mujeres, beatos por la beatificación y, después, en la última etapa eventual, santos por la canonización. Los criterios de la santidad no se apoyan en obras extraordinarias, ni en una gran fama de bondad, ni tampoco en prodigios cumplidos, sino en “la perfección de la caridad con vistas a mejorar a los demás”, la perfección del amor, con una larga duración, en conformidad con la voluntad de Dios y con todos los compromisos de una vida.
¿Beatificación o canonización?
La beatificación y la canonización son dos etapas de un mismo proceso, pero se tratan por separado, es decir, la Iglesia declara beatos a algunos fieles, pero no los declarará santos. Los beatos y las beatas son objeto de un público culto que se limita a algunas diócesis o comunidades religiosas. Los santos se pueden celebrar en la Iglesia universal. Están inscritos en el calendario litúrgico de la oración pública de la Iglesia, para que se celebren en un día determinado.